SOBRE LA OBRA

“El hombre, en cualquier extremo de la pasión, es un espectáculo extraordinario”.
Roberto Arlt.


Amor y muerte son esos extremos. Amor como eje, como sentido de la existencia. Muerte como lucha, como testimonio de cómo nos aferramos a la vida. Amor y la desesperación, las esperanzas, los fracasos. Muerte y la angustia, los miedos, los pánicos.
“Todas tus muertes” intenta abarcar todo esto. Un hombre puesto en el extremo de su vida intentando permanecer, reclamando la cercanía de un amor perdido en el tiempo.
Un absurdo: un hombre lleva en su cuerpo todas las enfermedades conviviendo en delicado equilibrio.
Un grotesco: las muestra, expone públicamente sus males en un ciclo de conferencias didácticas.
Es que el drama del hombre es ser absurdo y grotesco al mismo tiempo.
Lo fantasioso: un plan quinquenal de prevención médica, educación sanitaria para ilustrar sobre las enfermedades y sus consecuencias mortales.
El hombre puede morir de mil formas pero la muerte sólo tiene que escoger una. La muerte lo sabe, el hombre no. Morir vamos a morir, sin saber qué forma nos reservó la muerte. Esa es la desesperación. ¿Y el amor? Esa es la esperanza, la justificación de la vida o de los actos.
Las grandes empresas tienen motivos pequeños. Expongo mis enormes males sólo para verla una vez más. Verla, sólo eso.
Rafael Bruza

SOBRE LA PUESTA EN ESCENA

Tranquilo, en tu butaca. Lo pensaste mil veces despierto y mil veces alejaste el pensamiento con alguna otra cosa más concreta que ocupó tu mente a modo de salvavidas: las piernas de la mujer que acaba de pasar, las ocupaciones, los proyectos… De noche la cosa se complica. Tenés menos excusas, menos defensas: soñar no da escapatoria y en el medio de ese sueño reparador aparece la certeza: esto se acaba, esto no es para siempre. De ahí al despertar repentino, a la taquicardia consiguiente hay sólo un paso, que se da con asombro. En ese punto entra en escena la conciencia que opera como un hábil político argentino y te convence, te apacigua: tranquilo, hoy es jueves, tenés que hacer esto o aquello, hay un desayuno, una reunión, un hijo que atender, quizás una mujer. La conciencia vence, aquieta, organiza, instala lo previsible como espejismo necesario.
Pablo Bontá

FICHA TÉCNICA

Autor: Rafael Bruza-Pablo Bontá
Amelia/Enfermera: Eleonora Pereyra
Romero: Héctor Segura 
Francisco Hayes: Rafael Bruza
Escenografía y vestuario: Alejandro Mateo
Iluminación: Eli Sirlin
Diseño gráfico: Mueka Studio
Producción: Compañia Buster Keaton
Dirección : Pablo Bontá